La miopía es la causante de la gran mayoría de defectos visuales presentes hoy en nuestra sociedad. Según unos estudios recientes de la OMS, se prevé que el 50% de la población será miope, por lo que el control y estudio de este defecto refractivo es muy importante para el posterior desarrollo de la visión, principalmente en los niños. La miopía no sólo es un defecto en la visión de lejos, si no que es la causante de otros problemas oculares derivados de la misma, como desprendimiento de retina, degeneración de vítreo, maculopatías, alteraciones en el nervio óptico, glaucoma, cataratas.... El control de la miopía es importante para evitar que en un futuro puedan aparecer todos estos problemas asociados a las miopías altas. Dicho control no disminuye la cantidad de dioptrías que tenemos, pero sí ralentiza su crecimiento.
El control de la progresión de la miopía se lleva a cabo tanto con lentes oftálmicas( lentes graduadas de nuestras gafas) como en lentes de contacto. Es importante que el control de la miopía se haga a una edad temprana, sobre los 6-7 años, en el tema lentes de contacto dependerá de la madurez de cada niño, para asegurarnos la eficacia del tratamiento al estar el ojo en desarrollo y ser más fácil controlar su progresión.